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ANDREU MUÑOZ MELGAR, DELEGADO DIOCESANO PARA LA CULTURA: «EL GRAN OBJETIVO ES HACER PENETRAR EL MENSAJE DE JESUCRISTO EN LA SOCIEDAD A TRAVÉS DE LA CULTURA»

Nacido en Tarragona en 1964, Andreu Muñoz Melgar es padre de familia y pertenece a la Parroquia de Sant Pere i Sant Pau Sescelades. Es Doctor en Arqueología Clásica e investigador adscrito del Institut Català d’Arqueologia Clàssica.

El dr. Andreu es el director del Museu Diocesà de Tarragona, del Museu Bíblic Tarraconense y del Institut Superior de Ciències Religioses Sant Fructuós, donde también es profesor de Historia de la Iglesia, Arte y Arqueología Cristiana. Además, desde septiembre de 2023 es también el delegado diocesano para la cultura. Hoy conversamos con él para saber en qué consiste este último encargo pastoral que ha recibido.

—¿Cuál es el principal objetivo de la Delegación diocesana para la cultura?

Dotados de inteligencia por Dios, la cultura se convierte en una parte constitutiva de nuestro ser ya la vez un instrumento. El Concilio Vaticano II indica, sobre la palabra cultura, «todo aquello con lo que el hombre afina y desarrolla sus innumerables cualidades espirituales y corporales; procura someter el mismo orbe terrestre con su conocimiento y trabajo; hace más humana la vida social, tanto en la familia como en toda la sociedad civil, mediante el progreso de las costumbres e instituciones, y, finalmente, a través del tiempo, expresa, comunica y conserva en sus obras grandes experiencias espirituales y aspiraciones para que sirvan de provecho a muchos, e incluso a todo el género humano» (GS 53). Así, para el cristiano se crea un vínculo indisoluble entre el mensaje del Evangelio y la cultura. Por esta razón nuestro gran objetivo es hacer penetrar el mensaje de Jesucristo en la sociedad para que ésta crezca, a través de la cultura, respetando la diversidad pero siempre en conciliación con el Evangelio.

—En torno a esta relación entre el mensaje del Evangelio y la cultura, ¿qué líneas promueve esta Delegación?

Por un lado, contribuir a la preservación del patrimonio cultural cristiano tanto material como inmaterial de nuestra Iglesia, la difusión de sus valores y conocimientos. Por otra parte, potenciar el diálogo entre fe y cultura porque su paradigma se encuentra en la forma en que Jesús anunciaba el Reino dialogante con sus contemporáneos. La cultura cristiana, en todos sus ámbitos, posibilita la vía pulchritudinis, el camino hacia el descubrimiento y disfrute de la belleza que emana de Dios y la reflexión humanístico-cristiana. Las líneas de trabajo de la Delegación se proyectan sobre la vocación y la exigencia de estar presentes en la vida de nuestras comunidades pero también activos en la vida cultural y educativa del país, a través del mundo académico y científico, en la relación con instituciones y asociaciones culturales, en las tablas de las administraciones, en los medios de comunicación social…

—La Delegación abarca una gran cantidad de servicios diocesanos. A grandes rasgos, ¿cuáles son sus ámbitos de actuación?

En cuanto al patrimonio cultural dinamizamos el patrimonio documental a través del Arxiu Històric Arxidiocesà y la Biblioteca del Seminari bajo la dirección de Mn. Enric Mateu; el patrimonio museístico a través de los Museos Diocesanos que me tienen a mí como director; el patrimonio arquitectónico y mueble artístico es velado por la Secretaría Técnica de Patrimonio, a cargo de la Sra. Roser Martín; el patrimonio musical, a través del Secretariado de música sacra, bajo la dirección de Mn. Jaume Gené; la librería del Arzobispado, bajo la dirección de Mn. Josep M. Gavaldà. Por lo que respecta a los aspectos de pensamiento tenemos el Grupo de reflexión, liderado por la Sra. Maria Dolors Sardà y el Dr. Sergio Nasarre; el Secretariado de pastoral del turismo está bajo la dirección del Sr. Jordi Folch y la Sra.. Míriam Ramon, y el Secretariado del diálogo interreligioso, bajo la dirección de Mn. Marcus Vinicius Teixeira. La Delegación además tiene dos asesores, Sr. Josep Poblet y el Dr. Antoni P. Martínez. Completan el equipo nuestros voluntarios y técnicos y administrativos como el Sr. Joan Quijada, la Sra. Neus Sánchez, la Sra. Míriam Ramon, el Sr. Daniel Pallejà, la Sra. Rosalia Gras, la Sra. Montserrat Estebanell, la Sra. Gemma Martín, la Sra. Ana Arroyo, la Sra. Montserrat Sabaté y el Sr. Òscar Mosquera. Un auténtico equipo humano que hace posible el servicio de nuestra Delegación con sede en el Seminario, Casa de la cultura de la Iglesia de Tarragona.

—El Grupo de pensamiento cristiano es una de estas realidades de la Delegación. ¿En qué consiste?

Está formado por profesionales cristianos del ámbito de la cultura, la enseñanza y la ciencia de nuestra archidiócesis que reflexionan sobre las grandes cuestiones que afectan al mundo contemporáneo en relación con la Iglesia. Hacen presentes sus reflexiones a través de publicaciones, charlas y otras actividades de transferencia con el objetivo de contribuir a la formación e información de los católicos y facilitar el diálogo con la sociedad en general. Juan Pablo II ya sentenciaba sobre el diálogo fe-cultura que es en este campo vital en el que se juega el destino de la Iglesia y del mundo.

—¿Cómo definiría el potencial del patrimonio cultural de la archidiócesis de Tarragona?

Una Iglesia bimilenaria como la nuestra tiene un potencial impresionante que se expresa en su historia y arte, en sus creaciones artísticas, literarias, teatrales y musicales. Viajar por nuestra geografía diocesana es transitar por un fascinante universo cultural: monumentos paleocristianos, imponentes monasterios medievales, exponentes iglesias de todos los estilos arquitectónicos: desde el románico hasta innovadoras construcciones contemporáneas. En cada rincón de la archidiócesis siempre encontraremos tesoros musicales, dramas religiosos, grandes literaturas, expresiones de piedad religiosa en torno a nuestras ermitas, manifestaciones sorprendentes de arte y fe en las «semanas santas» de nuestro territorio, etc. Y todo ello, en un marco paisajístico de mar, valles y montañas que nos recuerda que la vida humana, la naturaleza y la cultura están inexorablemente vinculadas. ¡Cuánto trabajo para hacer de este patrimonio un bello relato y una oportunidad de evangelización!

Entrevista publicada en el Full dominical del 7 de abril de 2024 (n. 3865)

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